Habilitar un pueblo histórico marginalizado por “la ciudad de los flujos” como ciudad-terruño. La ciudad compacta, social y funcionalmente mixta. La ciudad que se sostiene gracias a su patrimonio natural, sus recursos territoriales materiales e inmateriales, sus diferencias comparativas. El reto aquí fue revertir un proceso moderno de deterioro, de desactivación y de marginalización de un pueblo costero situado entre dos grandes urbes Barcelona y Cumana. Fue un proceso colectivo de reapropiación de un paisaje, de diseño participativo comunitario, orientado a reinscribir el habitante en su territorio marino y rural, para rehabilitar así en su memoria este pueblo histórico, puerto entre mar y montaña.